Inteligencia Artificial: ¿Estamos gestando un Multiverso de la locura?

Liz Luna Victoria | 26 de abril de 2022

er

Sumergidos en un cambio histórico para la humanidad, la mayoría de los ciudadanos no somos conscientes que el rumbo de nuestros destinos está siendo entretejido por algoritmos. Estamos distraídos entre los Oscar, el daño de Will Smith, Putin y los nuevos trends de Tik Tok porque nos faltan horas en el día para asimilar lo que está ocurriendo, porque hay sobreinformación, porque tenemos que trabajar, comer sano, dormir ocho horas, atender a nuestras familias, sacar al perro, salir con los amigos, hacer deporte, los quince minutos de meditación… ¿alguien dijo pandemia? 

Señoras y señores, bienvenidos a la cuarta Revolución Industrial. La era de la Inteligencia Artificial donde una máquina escoge exactamente sobre qué tenemos que pensar, hablar y consumir.

Estoy siendo un poco injusta y simplista. No se trata solo de información direccionada para hacernos comprar más, es la integración de una tecnología inteligente en cada campo de nuestras vidas desde la medicina, la alimentación, la educación, la gobernanza y todo lo imaginable…Yuval Noah Harari -autor del bestseller ‘Sapiens’ – es un poco más apocalíptico en su libro 21 lecciones para el siglo XXI: “Humanos y máquinas podrían fusionarse de una manera tan completa que los humanos quizá no lograrán sobrevivir si se desconectaran de la red”. Al final del día, sin darnos cuenta, estamos vendiendo nuestra alma al diablo que en su inconmensurable ambición podría utilizar nuestros datos para que empresas y gobiernos nos conozcan, manipulen y tomen decisiones en nuestro nombre como dice Harari. Aunque la verdad aquí nadie puede decir que está siendo engañado, ya que escándalos como Cambridge Analytics, el documental “El dilema de las redes sociales”, entre otros, nos vienen advirtiendo sobre lo que se viene. Acusaciones de robo de datos, interferencia política y chantajes corren tras el tupido velo del mundo virtual.

Lo cierto es que la sociedad, tal y como la conocemos, está cambiando a una velocidad tan acelerada que no tenemos suficientes estudios ni investigaciones para poder entender si estos cambios serán buenos o malos al final del día, si nos mejorarán o nos hundirán en una cruenta desigualdad y sobre control. ¿Está la Inteligencia Artificial más cerca de ser un ‘Visión’ que un ‘Ultrón’? En otras palabras, ¿es un héroe o un villano? Pues al parecer, ni uno ni lo otro, es simplemente inevitable, según el Dr. Mark Espósito, autor de AI Republic: construyendo nexos entre humanos y la automatización inteligente. Sin embargo, no podemos negar que existe cierto componente de beneficio y maleficio según las intenciones del mago que la conjure por detrás – digamos, del ‘Tony Stark’ de turno -.

Vamos por partes, ¿estamos entendiendo realmente lo que es la Inteligencia Artificial? Porque es probable que el común de los mortales – incluida su servidora -, no lo haga. Así que en este artículo me he dispuesto a desmembrar un poco este multiverso de locura con ayuda de un experto como lo es el Dr. Mark Espósito .

¿Qué es y qué no es Inteligencia Artificial?

La Inteligencia Artificial (AI) es un conjunto de tecnologías diseñadas para hacer predicciones de forma precisa. Está basado replicar el funcionamiento del cerebro para aprender y replicar, aunque por supuesto no puede hacer lo que el cerebro hace, nos explica Mark. Mientras que la Inteligencia Artificial puede funcionar como diez cerebros para calcular rápidamente las estadísticas de cuándo lloverá, por ejemplo, no podrá hacer algo diferente como cantar bajo la lluvia (a menos que se programe específicamente también para eso). Si vamos al campo práctico, una industria donde se aprovechan estas predicciones estadísticas son los juegos de azar, los cuales muchos de ellos utilizan Inteligencia Artificial para decidir sus jugadas y hacernos creer en el poder del destino. En nuestro día a día, lo podemos encontrar incluso dentro de nuestros hogares. Pensemos en que un robot aspirador debe aprender cuál es el área a limpiar para poder ser capaz replicar el movimiento y dar la vuelta cuando encuentre una pared, por ejemplo.

er

En diez años, ¿dónde más podemos imaginar aplicaciones de IA?

Mientras yo imaginaba coches flotantes y androides de amigable compañía, Mark me bajó un poco a tierra: “No es que vayamos a pasar a un estado Futurama, sino que tendremos una integración mucho más amplia de soluciones de Inteligencia artificial en nuestro día a día”. Más allá de cómo se integre para negocios específicos, los mortales como nosotros podremos verlo cada vez más en las apps de nuestros dispositivos móviles, también en los wearables como los relojes de salud, las gafas de Facebook, Google, o de simulación 3D… Lo que hoy en día está al alcance de unos pocos, en un futuro estará al alcance de muchos más e integrado en la dinámica de más campos en nuestras vidas. Ciertamente, el riesgo será que se aumente la desigualdad entre los que ya no puedan seguir este ritmo de conexión.

¿Es la Inteligencia Artificial capaz de controlar o influir en nuestros gustos y pensamientos? 

De hecho, retomando el hilo con el que comenzamos esta reflexión, ya hay casos documentados acerca de cómo las redes sociales nos alimentan con la información que creen que somos más compatibles y, por ende, más propensos de consumir (y comprar). El ‘negacionista’ recibirá mucha más información de negacionismo que alguien que no lo es, y esto le ayudará a reafirmar su posición una y otra vez abriéndose menos a argumentos diferentes y polarizando su opinión. Es así como se gestó la campaña que le dio el triunfo a Trump o el Brexit. Algo que resulta más inocente son las recomendaciones que nos hace Netflix o todo lo que Amazon nos invita a comprar, donde también hay cierto grado de manipulación. 

La inteligencia artificial predice nuestro comportamiento por todo lo que ‘aprende’ de nosotros y, por tanto, nos puede condicionar e influenciarnos a ciertas acciones. Evidentemente, esto se basa en la predisposición que le hayamos mostrado al algoritmo previamente mediante nuestro comportamiento en línea. 

¿Cuál es el límite para la Inteligencia Artificial? 

La principal limitación para la Inteligencia Artificial es que su aprendizaje es solo estadístico por lo que su gran reto ahora es que entienda contextos – y aquí las posibilidades son infinitas -. Esto es algo que los humanos fácilmente podemos hacer y las máquinas no, nos explica Mark. Por eso los traductores virtuales sufren mucho con ciertas expresiones y palabras fuera de contexto, lo que va mejorando a medida que “le sugerimos cambios” ante ciertas situaciones. 

En su libro, el Dr. Espósito menciona que las máquinas son muy rápidas para trabajar datos numéricos, pero el campo visual es algo que les cuesta más aprender. Para entender esto, pensemos en nuestro el teléfono móvil, muchos de los cuales utilizan el reconocimiento facial para su desbloqueo. Para lograr ello, tuvimos que configurarlo mostrando nuestro rostro en diferentes posiciones mientras el teléfono lo escaneaba. Y todo iba bien hasta que dejó de ir tan bien. Bastó que añadiésemos a la ecuación las mascarillas en tiempos de pandemia para que esta función se volviera completamente inútil, ya que no era capaz de reconocernos. Esto es algo en lo que los humanos aún llevamos ventaja.
 
El peligro de un Endgame

Lo cierto es que Mark afirma que las oportunidades de la Inteligencia Artificial son infinitas para que pueda ser tanto héroe como villano. Por un lado, nos puede ayudar a encarar los grandes problemas que tenemos como sociedad, encontrar soluciones médicas, desarrollar sistemas que nos permitan conectarnos más, abrir modelos que ayuden a los gobiernos a potenciar economías vulnerables. En definitiva, hacer fácil lo difícil… Sin embargo, su potencial de villano estará determinado si el objetivo que busca el programador o dueño de la tecnología es extraer valor de los consumidores, aumentar la inequidad, disparidad y hacer a la gente más débil y manipulable sin que se dé cuenta. Un poco de lo que podría estar ocurriendo ahora.

¿Cómo evitarlo? La Inteligencia Artificial es inevitable. Sin embargo, lo que indica Mark es que sí se puede y se debe hacer algo por parte de los gobiernos para establecer un orden que proteja al ciudadano. Por un lado, democratizar la tecnología y ponerla al servicio de la sociedad para que más empresas puedan tener acceso a ella y que no solo esté al servicio de las más grandes ya conocidas por todos; y por otro, crear sistemas de gobernanza que permitan regular su uso y establecer límites. Actualmente, solo Europa cuenta con algunas nuevas regulaciones, pero aún se trata de iniciativas muy incipientes, aunque rescatables para ser replicadas y mejoradas por los demás gobiernos.

er

Actualmente, al parecer, las empresas que tienen el control sobre la Inteligencia Artificial nos están almorzando como si fuésemos presas fáciles en medio de la selva. La solución está ahí, pero los gobiernos deben darse la vuelta y mirar lo que está ocurriendo, y así darle la importancia adecuada para enfrentarse a estas grandes empresas. Sin embargo, esto no parece que vaya a ocurrir pronto. Mientras que no experimentemos de primera mano algún perjuicio evidente, seguirán poniendo en agenda lo que les dé popularidad, como comentar los Óscar, condenar a Will Smith, castigar económicamente a Putin y, por qué no, participar en algún video de Tik Tok. Ya lo habría dicho Bonnie Taylor, seguimos esperando un héroe hasta el final de la noche.

 

El Dr. Mark Esposito fue internacionalmente reconocido como unos de los pensadores a seguir en el 2016 y académicos expertos en la Cuarta Revolución Industrial. Es Profesor asociado de Estrategia en IE Business School, Profesor de Economía y Negocios en Hult International Business School y de la División de Educación Continua de la Universidad de Harvard. También es Co-líder del Consejo de Institutos para el programa de Microeconomía de la Competitividad (MOC) en el Instituto de Estrategia y Competitividad de la Escuela de negocios de Harvard.