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Antonio Cruz

Subdirector General de ALD Automotive

Justo ahora que parecía que la industria de la automoción había conseguido dejar atrás los efectos de la pandemia, y que existía la confianza en que la crisis de escasez de semiconductores se solucionara en este primer semestre de 2022, Europa y el resto del mundo se enfrentan a la incertidumbre de un conflicto bélico en el viejo continente que amenaza con dinamitar el orden mundial.

En efecto, la falta de microchips, que estaba afectando, obviamente, a la fabricación de vehículos nuevos y a la búsqueda de innovación en la industria, es muy posible que se prorrogue ante la situación geopolítica actual que, además, va a contraer el crecimiento económico que se esperaba tras la pandemia, provocando un efecto negativo en el bolsillo de los consumidores.

Con este panorama, la industria de la automoción se ve en la obligación de apostar por nuevas fórmulas e incentivar otros productos y servicios, como el vehículo de ocasión, que contribuyan a la reactivación del sector en general. En este contexto, la espera para conseguir un vehículo nuevo se ha demorado más de nueve meses, por eso los compradores se decantan por vehículo usado para satisfacer sus necesidades. Este aumento de la demanda ha propiciado que la oferta de seminuevos esté disminuyendo y, por tanto, se esté produciendo un incremento en el precio de estos vehículos. Pero a pesar de esta alza en el coste, aún hay buenas oportunidades para los conductores.

Uno de los sectores de la automoción en el que más se está incentivando este producto es en el renting. De hecho, está previsto que a lo largo de este año, según previsiones de MSI para Sumauto, se alcancen las 135.000 unidades de usados en el renting, lo que va a suponer un crecimiento de la aportación de este sector al mercado de vehículos de ocasión de alrededor de un 20 %.

Es evidente que, con la situación actual, la experiencia del renting va a ser clave para tratar de mitigar los efectos de la crisis en la automoción y para consolidar su crecimiento y su popularización a nivel social, más aún ahora que el concepto de propiedad ha cambiado y que los usuarios se inclinan más por la usabilidad del vehículo.

Sin lugar a dudas, el renting de un vehículo usado encaja a la perfección en el nuevo contexto y en la nueva forma de entender la movilidad, pues se postula como una efectiva palanca de liquidez para las familias que va a contribuir decididamente a modernizar el parque automovilístico. Por un lado, la modalidad de renting evita desembolsos económicos importantes y, por otro, cabe destacar que los VO procedentes del renting son más tecnológicos y mucho menos contaminantes, al tratarse de vehículos de solo tres o cuatro años, frente a la edad media de 13 años de antigüedad del mercado de usados en España.

Esta forma de movilidad ha sabido adaptarse a los cambios, a las necesidades y a las demandas de la sociedad. De hecho, desde hace tiempo las compañías han incrementado la flexibilidad de sus servicios, reduciendo la tensión de su cadena de valor y despertando un mayor interés por esta fórmula de adquisición de vehículos en todos los ámbitos. Por eso, fórmulas como ReDrive, un servicio de ALD Automotive enfocado al renting para particulares en el mercado de coches seminuevos, van a ser decisivas en el camino que escojan el renting y la movilidad de cara a los próximos años.

Se trata de un renting de 12 o 24 meses de vehículos seminuevos en la que a los seis meses de alquiler el usuario tiene la posibilidad de comprar el vehículo. Es decir, el conductor puede probar el coche durante medio año y luego puede acceder a comprarlo, con el reembolso, además, de hasta el 50 % de las cuotas de renting. Los vehículos disponibles en ReDrive, procedentes todos ellos de contratos de renting ya finalizados, cuentan con una información detallada del historial del vehículo, están completamente revisados y vienen acompañados de los servicios y de las ventajas del “todo incluido” de un vehículo de renting: el seguro, el mantenimiento, los cambios de neumáticos, o la asistencia en carretera, entre otros.

Cada vez son más las fórmulas de renting que van en esta línea, con la posibilidad de adquirir el vehículo, o devolverlo, o cambiarlo por otro. También para las empresas, para las que la industria ofrece soluciones como ALD Flex, que permite aumentar o disminuir la flota según los picos de producción en el negocio en función de las necesidades puntuales de cada proyecto. Una flexibilidad esencial, más aún en las circunstancias actuales, en las que las pymes pueden elegir el tipo de vehículo y los kilómetros que van a recorrer e, incluso, pueden devolverlo cuando ya no lo necesiten sin penalización por la devolución.

Con todas estas medidas, ALD Automotive proporciona productos de renting de alto valor añadido para el cliente, que se adaptan a las necesidades del momento y permiten al usuario disfrutar del vehículo sin las obligaciones y preocupaciones de tenerlo en propiedad. Así las cosas, estos productos y servicios son clave en el potencial que tiene el renting en el nuevo escenario. El acceso a vehículos prácticamente nuevos, con tecnología punta y mayor seguridad sin la necesidad de realizar un gran desembolso económico, se antoja muy atractivo.

«Desde hace tiempo las compañías han incrementado la flexibilidad de sus servicios, reduciendo la tensión de su cadena de valor y despertando un mayor interés por esta fórmula de adquisición de vehículos en todos los ámbitos»

A esta buena aceptación del renting entre particulares y a la consolidación del sector en el mundo empresarial se suma el compromiso de las flotas con la sostenibilidad ambiental, que convierte al renting en adalid de la matriculación de unidades electrificadas en España. En efecto, este tipo de vehículos suponen casi el 10 % del total de las matriculaciones de renting según la Asociación Española de Renting (AER), porcentaje que en ALD alcanza a las matriculaciones de un tercio de la flota. De mantener estos datos se cumpliría con el objetivo del Plan estratégico de la compañía a nivel mundial para 2025 y se acercarían al reto de alcanzar el 50 % previsto para 2030. Esta apuesta del renting por las energías limpias es responsable de que, según datos de la AER, la flota del sector emita tres gramos de CO2 menos que el resto del mercado de automóviles.

Esta capacidad de adaptación del renting a la nueva realidad, con unos modelos de negocio a la vanguardia tecnológica y medioambiental, y adaptados a la situación actual, van a propiciar que la industria del renting sea capaz de sortear con cierto éxito las sucesivas crisis y le permitan mantener el impulso necesario para su expansión.