antonio garcia rouco

Antonio García Rouco

Director EMEA y LAC de GDS Modellica

El ecosistema financiero se encuentra inmerso en un profundo proceso de transformación digital, un escenario en el que han irrumpido nuevos actores: las Fintech. Éstas han cambiado las reglas del juego y las entidades tradicionales se han visto obligadas a adaptarse a la situación. Las Fintech, compañías financieras de base tecnológica, buscan ofrecer mejores soluciones, simplificar y automatizar los servicios y procesos financieros tanto de particulares como de empresas en materia de inversión, préstamos y procesos de pagos.

Según Accenture, este sector dentro de la industria financiera logró mover en 2018 más de 127 mil millones de dólares en el mundo, se estima que este año 2022 supere los 310 mil millones de dólares. Las claves de su éxito: atención cercana al cliente, flexibilidad y soluciones efectivas con apps y plataformas online. Los principales motivos para optar por las Fintech son su agilidad y transparencia. En cuanto a su tipología de servicios financieros, según su actividad, podemos entontrar Fintech centradas en Financiación, Préstamos, Asesoramiento en inversiones, Control de finanzas personales, Challenge banks y Neobanks, Big Data y modelos predictivos, Gestión del Riesgo, Seguridad y Privacidad.

España se ha convertido en el sexto mayor mercado de financiación alternativa del mundo. Las Fintech se han duplicado de 2019 al 2021, pasando de 224 a 463 según Finnovatic. El crecimiento ha sido exponencial y concentrado en torno a tres sectores: crédito (24.9 %), sistemas de pago (15 %) y gestión de inversiones (12.9 %). Si al principio, la banca tradicional consideraba a este tipo de empresas como competencia, ahora son percibidas como oportunidad para agilizar los procesos de digitalización, crear sinergias, incorporar nuevos modelos de negocio, elevar los estándares de calidad de servicios de la banca y disminuir los riesgos.

La penetración de las Fintech ha supuesto un punto de inflexión, un cambio de paradigma financiero, pues su futuro pasa por la colaboración efectiva o alianza con el sector tradicional. En España, el 75 % de las Fintech colaboran activamente con empresas del sector financiero y bancario tradicional. Las Fintech aportan nuevos canales, modelos de negocio innovadores y proximidad al cliente, mientras la Banca tradicional agrega confianza, experiencia de saber hacer y un considerable músculo de clientes. Su unión o sinergia da lugar a operaciones y actividades financieras más sencillas que contribuyen a aumentar la satisfacción de los clientes y fidelizarlos. El análisis de los datos, gracias a la implementación de Big Data, Inteligencia Artificial y Blockchain, mejora la experiencia del cliente (CX) y permite conocer y ofrecer con antelación los productos y servicios financieros que necesita.

La colaboración entre Banca tradicional y Fintech fortalece la operatividad y éxito de ambas. Lograr su equilibrio es clave. Las Fintech no sustituirán al 100 % la banca; si bien añaden valor a los servicios ofrecidos por la banca tradicional, con menor coste y con la posibilidad de comparar entre varias ofertas. Incorporar tecnología Fintech a las entidades tradicionales aporta notables beneficios como una mayor rentabilidad, mayor seguridad o disponer de los beneficios que trae consigo un uso efectivo de los datos.

En el actual contexto financiero de nuevas regulaciones, revisión de políticas y fuerte incremento del número de empresas Fintech, las tendencias que marcarán el futuro de la industria financiera pasan por: priorizar lo digital frente a lo físico; nuevas regulaciones; fomentar la ciberseguridad ante nuevos riesgos o amenazas para prevenir el fraude y actividades delictivas; fusiones de las Fintech con bancos para optimizar los procesos y ampliar oferta de servicios; desarrollo e incorporación de nuevas tecnologías; y, por último, un incremento del Open Banking.

Las Fintech, en definitiva, contribuirán a generar notables cambios en la forma de realizar las actividades bancarias y financieras con el fin de mejorar el engagement y la experiencia de los clientes y así entender mejor su motivación para ofrecerle los productos y servicios financieros personalizados que demanden (o necesiten). Jugarán un papel indispensable en el presente y futuro del mundo financiero y en la resiliencia de las entidades financieras tradicionales gracias a sus colaboraciones y alianzas.