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Enrique Roca

Responsable técnico del área de Eficiencia Energética y Sostenibilidad de Euro-Funding

A lo largo de los últimos meses, los precios de la electricidad y del gas en Europa se han disparado hasta alcanzar niveles sin precedentes. La guerra de Ucrania está siendo sin duda el motivo principal de esta alza que, además, se ha visto incrementada estas últimas semanas tras la suspensión indefinida del suministro de gas, por parte de Rusia, a través del gasoducto Nord Stream I. Este corte, evidentemente, está vinculado a las sanciones impuestas por Europa contra el país como castigo por la invasión de Ucrania.

Tal y como hemos podido comprobar, la magnitud de este problema es inmensa y, sin duda, deja entrever la enorme dependencia que tiene Europa al gas natural importado desde Rusia. Ante esta situación, los países de la Unión Europea se han visto obligados a compensar esta pérdida a través del ahorro de energía y de la importación de fuentes alternativas. Ahora bien, ¿cuáles son estas? ¿Es posible intentar frenar esta dependencia a través de ellas? 

Dominados hasta el momento por combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, la búsqueda y utilización de otras fuentes de energías más sostenibles está siendo en estos momentos una estrategia crucial para hacer frente a esta coyuntura. La energía eólica, la energía solar y la energía biomasa son tres de las energías renovables más conocidas. No obstante, junto a ellas se abren paso otras alternativas como el biogás.

Este gas renovable, que se obtiene fundamentalmente a partir de los desechos orgánicos generados por las industrias alimentarias, agrícolas y ganaderas, así como la valorización del residuo procedente de plantas depuradoras, busca hacerse hueco poniendo en valor su aportación a la economía circular. Y es que, a pesar de que la capacidad de suministro de esta fuente es limitada a corto plazo, en el medio su contribución para acabar con la dependencia del gas ruso es crucial.

Tal es la creciente importancia de este recurso que este lunes día 12 de septiembre se ha abierto el plazo de presentación de solicitudes para la primera convocatoria de ayudas para proyectos singulares de instalaciones de biogás en España enmarcadas dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea. La dotación inicial es de 150 millones de euros. Pero ¿a quién va dirigida esta subvención?

Se debe tener en consideración que solamente son entendidas como subvencionables aquellas inversiones que, originadas por actividades desarrolladas en el territorio nacional, permitan aumentar el nivel de protección medioambiental derivado del impulso del biogás. En base a esto se disciernen dos programas distintos. Por un lado, el Programa 1, va dirigido a todas las entidades que llevan a cabo una actividad económica, a consorcios y agrupaciones. Por otro lado, dentro del Programa 2 quedan englobadas todas aquellas entidades que pertenecen al sector público institucional y todas aquellas que no realizan ninguna actividad económica. 

Ahora bien, ¿qué actuaciones han de seguir los proyectos financiables para poder obtener estas ayudas? 

Estas ayudas, otorgadas en forma de subvención a fondo perdido y en régimen de concurrencia competitiva, serán concedidas a todos aquellos proyectos financiables que cubran una o varias de las siguientes actuaciones:

  • Realización de instalaciones de producción de biogás con las materias primas incluidas en cada convocatoria, mediante digestión anaerobia, siempre que se produzca un aprovechamiento energético del mismo o se use para la producción de biometano.

  • Creación de instalaciones para que a partir de biogás se lleve a cabo producción de calor, generación de energía eléctrica, cogeneración o a partir de biogás de nueva generación, incluyendo por tanto el apartado anterior, se lleve a cabo su depuración hasta biometano para uso en transporte, inyección a red, usos térmicos distintos del transporte o para su uso en cogeneración eléctrica de alta eficiencia o para su transformación en otros productos con destino energético.

  • Establecimiento de instalaciones para el tratamiento del digerido para uso agrícola.

Además de esto, todas las instalaciones acogidas al programa de incentivos aprobado por esta convocatoria deberán lograr una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 80 % en el caso de producir electricidad o calor, e igual o superior al 65 % en el caso de producir biometano para uso en transporte. Asimismo, todas ellas tendrán que contar con un sistema de monitorización de la energía eléctrica o térmica utilizable proporcionado por la instalación objeto de subvención. Gracias a este sistema se mostrará, como mínimo, cuál es la producción energética renovable estimada en términos diario, mensual y anual. Adicionalmente a lo anterior, el mismo también puede presentar otros datos como pueden ser las emisiones de CO2 evitadas. 

Así pues, a pesar de que en la actualidad la producción de biogás resulta insuficiente para abastecer las necesidades energéticas de nuestro país, la gestión de residuos para obtener biogás contribuye, entre otras muchas cosas, a mejorar la eficiencia general de los recursos, así como las oportunidades de empleo y beneficios en materia de seguridad energética.