Juan Carlos Castro

Juan Carlos Castro

experto en liderazgo, neuromarketing y venta on stage

La figura del líder siempre ha existido. Durante siglos, dentro de las diferentes comunidades que se han creado en cada sociedad los líderes han sido voces autorizadas, referentes y guías.

Normalmente en estos escenarios eran personas de edad avanzada, que podían compartir su experiencia porque ellos ya habían pasado por ello, y que orientaban. En estas sociedades no se daba ni un paso sin que estuviera aprobado o sin que contara con el visto bueno de ese líder.

Se valoraba la experiencia. Sin embargo, ahora estamos ante una situación absolutamente nueva para todos. El mundo está viviendo una situación sin precedentes y la sociedad y sus organizaciones están necesitadas de buenos líderes. 
Muchos vaticinan que nuestras vidas no volverán a ser iguales, ni tampoco la manera en la que tenemos de trabajar.
Por ese motivo, un buen liderazgo (resolutivo, firme y capaz de ponerse al mando) se vuelve esencial en estos momentos, porque ayuda a organizarse, a avanzar, a sentirse seguros y es necesario para el funcionamiento social y empresarial. 

Ser firme o ponerse al mando no significa ser un dictador, sino que el equipo o la sociedad te reconozcan y acepten como líder. Te escuchen, confíen en ti… y en tu visión.

En épocas de crisis el miedo y la incertidumbre bloquean y desilusionan a la mayoría de la sociedad, y por lo tanto también a los empleados de cualquier organización, sea grande o pequeña, y suelen necesitar la figura de alguien que les aliente, que les ayude a tomar decisiones y les diga hacia dónde va la empresa. 
Además, que una persona lidere o se ponga al frente no quiere decir que tenga que imponer su criterio. Las crisis son momentos ideales para solicitar la implicación del equipo en el proyecto, de ofrecer ayuda, de escuchar… y de informar.
Mantener informada a la plantilla de la situación que está viviendo la empresa, de las medidas que se van a tomar, de los objetivos que existen les tranquilizará y también les hará sentir relevantes, necesarios…
No hay nada peor que las especulaciones y los rumores en tiempos de crisis, ya que pueden hacer mucho daño a la moral del equipo.

Y para informar a un equipo, lo primero que se debería hacer es evaluar la situación en la que se encuentra la empresa tras el golpeo de la crisis. El Covid-19 nos ha golpeado a todos y toca sobreponerse. 
Es momento de analizar los riesgos a los que nos enfrentamos escuchando las demandas de los clientes y del equipo, para así poder establecer unas metas comunes y, si fuera necesario, un plan de emergencia.
Otro punto importante a la hora de liderar una empresa en tiempos de crisis es establecer unos objetivos compartidos y un plan de acción detallado con el equipo.
Unas metas comunes garantizan un mayor compromiso del empleado y hará que todos sean capaces de seguir remando en la misma dirección.
Sin embargo estos objetivos deben de ser lo más específicos, medibles y orientados a resultados posible. 

En definitiva, estamos en una situación excepcional que requerirá de medidas inspiradoras, que alienten y motiven a las plantillas y que, al mismo tiempo, sean resolutivas y rentables para la empresa, un tándem posible de conseguir si se trabaja en equipo y desde un liderazgo inclusivo, para crear sociedades y negocios cohesionados.