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Iñigo Aguirre

Responsable del negocio español de Payhawk.

Una de las tendencias que está irrumpiendo con más fuerza en el sector Fintech es, sin duda alguna, el cashback. Ya en 2020, según el informe ‘Cashback industry report’, al cashback se le atribuía un valor de mercado de más de 100.000 millones de euros en todo el mundo, una cifra que está creciendo año a año. Quizás el ejemplo más conocido de este crecimiento sea el de la industria minorista, en la que se utiliza este método para fidelizar a los clientes, como alternativa a los descuentos o las promociones, pero no es el único que existe.

Existen otras opciones dentro del segmento B2B, para ayudar a las empresas a generar ahorro mejorando la gestión de sus fondos. Algo que, en un momento de crisis energética y de precios como el que vivimos, puede suponer la diferencia para mantener la competitividad en el mercado y seguir desarrollando su negocio. Las soluciones de gestión de gastos y pagos permiten ayudar a las empresas a ahorrar tiempo y recursos. Aquellas soluciones que cuentan con la ventaja del cashback añaden un plus al ahorro.

Navegar la incertidumbre generando ahorro

Aunque la inflación en España parece que va mejorando, para 2023, se prevé una cierta desaceleración de la economía. En esta línea, el 70,1 % de los expertos y directivos encuestados recientemente por PwC define la situación económica y financiera de las empresas como “regular” y, de cara a los próximos seis meses, el 67,8 % preveía que la inversión productiva de estas disminuiría.

En un escenario con semejantes perspectivas, poder ahorrar mes a mes proporciona a las empresas una oportunidad única para navegar la incertidumbre y mantenerse competitivas. Aquí es donde entra en juego el cashback, un sistema que permite a las compañías recuperar parte del dinero pagado con sus tarjetas corporativas.

A nivel general, esta ventaja, que puede traducirse literalmente como “devolución de dinero” y que no debemos confundir con la posibilidad de retirar efectivo sin pasar por un banco o cajero automático, tiene un funcionamiento simple: cuando una empresa o particular realizan una compra con su tarjeta VISA, reciben de vuelta un porcentaje de su importe. Este porcentaje variará en función de la entidad, el tipo de tarjeta, el emisor, etc.

Tecnología que ahorra tiempo, recursos y dinero

El ecosistema financiero sigue dando pasos agigantados hacia su digitalización y, en este punto, la automatización de las finanzas y de los procesos de gestión es una de las máximas para las compañías que quieren optimizar y aumentar la eficiencia de sus procesos de negocio. Conscientes del potencial que tiene este sistema y de la
 
necesidad de ofrecer mayor valor a los clientes, las principales empresas del sector Fintech se están sumando a introducir el beneficio del cashback. Como se mencionaba, ya no es solo una ventaja que se ofrece en operaciones de compra a nivel consumidor, sino que también es un beneficio para las compañías a la hora de gestionar los pagos a nivel de empresa.

De esta forma, las empresas minoristas pueden conocer en profundidad a sus clientes, fidelizarlos, incrementar sus ingresos y, por supuesto, su proyección. Sin embargo, este sistema ofrece muchas más ventajas a las compañías, independientemente de su tamaño, sector o actividad. La principal: poder optimizar sus inversiones, recuperando parte del dinero gastado y obteniendo un ahorro real. Los negocios pueden recuperar parte del dinero abonado por sus empleados a través de sus tarjetas de empresa, alcanzando porcentajes de hasta un 1,5 % en cada pago, una de las cifras de reembolso más altas del mercado B2B.

En definitiva, las empresas buscan fórmulas para fomentar el ahorro y la productividad de sus procesos, agilizando a clientes y empleados su gestión financiera, por un lado, y ahorrando a sus departamentos encargados un tiempo y unos recursos que pueden dedicar a tareas estratégicas y de gran valor añadido. La implementación e integración de herramientas de gestión de gastos y pagos, incluyendo novedades como el cashback, permite a las compañías automatizar hasta el 80% de sus procesos manuales.