Los directivos se preparan ante los cambios de los próximos años

Redacción | 23 de mayo de 2022

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La adaptación a los cambios y la capacidad de innovar son algunas de las aptitudes más importantes que un líder debe poseer. Actualmente, el liderazgo se encuentra en constante cambio y las compañías deben ser conscientes de las nuevas tendencias, que afloran continuamente, y tenerlas en cuenta para tener un crecimiento sostenible. Adoptar una nueva forma de liderar, enfocada a los tiempos actuales, es la mejor manera para afrontar los retos empresariales en los próximos años, para lo que se perfilan las siguientes tendencias:

  1. Apostar por el crecimiento de los colaboradores. Muchos trabajos están empezando a automatizarse mediante software o herramientas tecnológicas, debido a que la tecnología continúa creciendo a pasos agigantados,  y en consecuencia muchos colaboradores temen perder su trabajo y tener que formarse de nuevo o buscar una nueva profesión. Según Gonzalo Martínez de Miguel, CEO de INFOVA y director del Acelerador del talento Directivo, «aún se desconoce cómo serán los trabajos en un futuro, sin embargo sí sabemos que habrá un gran cambio en el panorama laboral. Por ello, los líderes tienen que diseñar una estrategia centrada en el aprendizaje de nuevas tecnologías y conocimientos para adaptarse a la incertidumbre que plausiblemente ofrece el futuro». Y añade, «trasladar a los empleados a otros departamentos para que desarrollen nuevas habilidades y tengan una visión más global de la empresa, ya es una práctica habitual en algunas de ellas».

  2. Invertir en la creación de una infraestructura tecnológica. El futuro laboral se basará en gran medida en el impacto de las nuevas tecnologías y cómo se manejan los colaboradores con ellas. La mayoría de las empresas no están preparadas para el cambio disruptivo que habrá en algunos años. Comenzar a invertir en la creación de una infraestructura tecnológica permitirá a la empresa un crecimiento sostenible y es tarea del líder proponer este cambio. «Diseñar una hoja de ruta con las prioridades de la compañía, las inversiones a realizar y las necesidades principales en términos tecnológicos es clave. Invertir y adaptarse a las últimas tecnológicas es una tendencia en liderazgo a tener en cuenta para los próximos años», apostilla Martínez de Miguel.

  3. Cambio hacia una mentalidad experimentadora. Actualmente, lo que un día puede ser clave para la empresa y funcionar, al día siguiente puede ser un grave error. Por ello, los líderes deben estar dispuestos a experimentar y probar nuevos métodos de trabajo, para no quedarse en el pasado y aquellos que ya no funcionan. El cambio hacia una mentalidad experimentadora en las diferentes áreas de la empresa, permitirá al las organizaciones estar preparadas para el futuro. El crecimiento de la empresa no se estancará en ningún momento, contando con un líder con esta aptitud.

  4. Lidiar con la desigualdad en la empresa. Un líder tiene la responsabilidad de asegurar que se mantenga un entorno de trabajo lo más justo y equitativo posible. Muchas veces es difícil saber el rendimiento de cada empleado y su remuneración o trato por parte de la empresa. Un buen líder debe priorizar la comodidad de los colaboradores y que se sientan parte importante de la empresa. Esto provocará beneficios para ambas partes, tanto para el crecimiento del negocio como para el colaborador.

  5. Instaurar la cultura del bienestar. El bienestar de los colaboradores se ha convertido en uno de los objetivos principales para cualquier empresa. Hay que  asegurar que se tomen como prioridades la salud física, mental y emocional en el entorno laboral. Las personas necesitan cierto equilibrio y bienestar en su vida, y los líderes que no vean esta realidad perderán una gran oportunidad. 

«Centrarse en las personas que forman parte de la compañía y crear un entorno de apoyo repercutirá en grandes beneficios. La comunicación es vital para conocer cómo se sienten nuestros colaboradores y establecer un clima de confianza donde se sientan seguros. Esta tendencia requiere una inversión en formación nutricional o psicológica y en recursos, para asegurar una cultura del bienestar», concluye el CEO de INFOVA.