La transformación del sector bancario

Redacción | 12 de enero de 2023

hvhg

La 12ª edición del McKinsey Global Banking Annual Review revela sector bancario debe acelerar su transformaciónhacia un modelo de creación de valor sostenible

Este año ha marcado el mayor cambio en la banca global desde hace más de una década, ofreciendo a los bancos tanto la oportunidad – de mayores márgenes y la corrección de las Fintech -, como la necesidad – por la volatilidad macroeconómica y la creciente divergencia del sector – de dominar un doble desafío: mantener la resiliencia en el corto plazo mientras se acelera la transformación hacia un modelo de creación de valor sostenible. 

La 12ª edición del McKinsey Global Banking Annual Review revela los contrastes en la evolución de los bancos al final de un año complejo, con más de la mitad luchando con baja rentabilidad y perspectivas de crecimiento, a pesar del crecimiento de los márgenes y un capital más robusto. “2022 ha supuesto un año de transformación para el sistema bancario marcado por el incremento de las tasas de interés y la inflación con impactos positivos en rentabilidad y márgenes en el corto plazo. Sin embargo, el próximo año supondrá un desafío para la resiliencia de la industria y una necesidad de repensar su modelo de crecimiento de futuro”, señala João Paixão Moreira, socio senior de McKinsey & Company y líder de banca en España y Portugal.

El informe destaca que una de las oportunidades que tiene el sector actualmente es la financiación sostenible, que ha pasado de ser casi inexistente hace cinco años a convertirse en un tema clave para los bancos. A pesar de la desaceleración del mercado en 2022, la emisión de deuda sostenible siguió creciendo; los bonos sostenibles representan ahora alrededor del 11 % del volumen total del mercado de bonos y los préstamos sindicados relacionados con sostenibilidad representan cerca del 13 %. A su vez, se espera que para 2030 la inversión en deuda que respalde la transición net-zero podría ofrecer a los bancos un potencial de al menos 100 mil millones de dólares de ingresos anuales. “El principal desafío que observamos actualmente es cómo escalar las finanzas sostenibles. A pesar de los progresos acometidos, la banca está todavía infrainvirtiendo en las capacidades necesarias para satisfacer la demanda esperada de la financiación de la transición”, apunta Joseba Eceiza, socio de McKinsey & Company que lidera el área de sostenibilidad en España y Portugal. 

Las finanzas sostenibles están entrando en la «próxima era», pasando de centrarse sólo en energías renovables a ampliar el enfoque hacia la transición energética. Sin embargo, siguen existiendo muchos desafíos en cuanto a estándares, transparencia y atribución del rendimiento para apoyar este sector. El análisis señala que, para un despegue total, la financiación climática requerirá definiciones más claras y mejores métricas. Además, más allá de los instrumentos de deuda, existen numerosas oportunidades en CIB, PYMEs, banca minorista y gestión de activos y patrimonios.

“Se espera que en los próximos años la financiación de proyectos que favorezcan la transición, así como la financiación de las actividades verdes sean el foco principal de los esfuerzos bancarios, incentivado por el avance de la legislación europea para complementar la ratio de capital con ratio de activos verdes”, añade Alberto Gómez Pajares, socio de McKinsey & Company. 

La rentabilidad bancaria en máximos

El informe de McKinsey recoge que la rentabilidad bancaria a nivel global alcanzó en 2022 su máximo en 14 años, con un retorno esperado del capital (RoE) del 12 % y un crecimiento de los ingresos hasta los 6,5 billones de dólares, impulsado por un fuerte aumento de los márgenes netos a medida que aumentaron los tipos de interés.  A nivel global, la banca cuenta con amplios ratios de capital de Nivel 1 de entre el 14 % y 15 %, los más altos de la historia, y muchos segmentos de la banca minorista, mayorista y patrimonial, se han beneficiado.

Tras las recientes subidas en márgenes, el 35 % de los bancos cuentan con RoEs por encima del coste de capital. Más de la mitad de los bancos del mundo continúan, sin embargo, teniendo un RoE por debajo del coste de capital. Por otro lado, según el estudio, el sector bancario en su conjunto cotiza aproximadamente a x0,8 sobre su valor contable vs. el promedio de x2,7 de otros sectores, y más de la mitad de los bancos del mundo cotizan por debajo de su valor contable. Alrededor de la mitad de la brecha de valoración se debe a la baja rentabilidad del sector, mientras que la otra mitad se debe a la falta de crecimiento futuro. 

El impulso de la rentabilidad por el aumento de los márgenes puede resultar transitorio ya que los bancos afrontan una desaceleración del crecimiento a largo plazo, pero el análisis de McKinsey sugiere que la divergencia entre bancos se ampliará aún más. Los bancos de Asia-Pacífico pueden beneficiarse de una perspectiva macroeconómica más sólida, mientras que los bancos europeos se enfrentan a perspectivas más débiles. En caso de una larga recesión, se estima que el retorno del capital de los bancos a nivel global podría caer al 7 % para 2026 y por debajo del 6 % para la banca europea. El impacto neto será probablemente una mayor concentración del crecimiento en las economías emergentes de Asia, China, América Latina y en Estados Unidos, que, según las previsiones del informe, representarán alrededor del 80 % de los 1,3 billones de dólares de crecimiento estimado de los ingresos mundiales entre 2021 y 2025.

Un aspecto de esta creciente divergencia es la extinción de la noción de «mercados emergentes» para la banca. Según el estudio, el grupo de países al que se refiere este término ya no es monolítico: por ejemplo, algunos de los bancos con mejor rendimiento y alto crecimiento se encuentran en Asia, al igual que algunos de los de peor rendimiento y crecimiento. La rentabilidad bancaria en 2022 fue fuerte tanto en EE.UU. y Canadá, como en India, Indonesia y México.

Perspectivas para España    

Con respecto a España, algunas de las tendencias globales del sistema bancario se ven replicadas en el mercado nacional. “La misma divergencia que está ocurriendo a nivel mundial – ampliándose la brecha entre aquellos bancos que mejor y peor están evolucionando – se observa también en la banca española. Mientras que algunos bancos están muy cerca de cubrir el coste de capital o incluso de superarlo cómodamente, otras entidades siguen sin lograrlo. De igual forma, en España hay bancos cotizando por encima de su valor contable, mientras otros cotizan a la mitad de su valor contable”, valora João Paixão Moreira.

Según el análisis de la banca en España, se espera que los ingresos operativos aumenten por el mayor margen de clientes y por el incremento más progresivo del coste de fondeo, el cual podría tener un impacto mayor cara a 2024. Al mismo tiempo, continua la tendencia a la baja en los costes operativos debido a la optimización del sector, pero las presiones inflacionarias podrían compensarlas a corto plazo

“Es indudable que la banca española se enfrenta a una desaceleración económica, pero esta vez, España está mejor preparada para afrontarlo, incluso si nos comparamos con otros países europeos. Los niveles de endeudamiento de las familias se han reducido considerablemente y los bancos han tenido una gestión cada vez más eficiente y prudente”, apunta Joseba Eceiza.

Con respecto al coste de riesgo, se espera que aumente en 2023 a medida que crezca el desempleo y se produzcan incumplimientos, pero las garantías del ICO cubrirán una parte del impacto del aumento de provisiones. Por último, medidas extraordinarias como la congelación de hipotecas para familias vulnerables y la aprobación del nuevo impuesto a la banca podrían erosionar el RoE hasta 2024. 

En cuanto a la valoración de la subida de los tipos de interés, “El nuevo escenario del alza de tipos, debería ser visto por la banca como un viento de cola temporal, considerarlo como la solución a una escasa rentabilidad estructural sería un gran error”, finaliza Alberto Gómez Pajares.