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Enrique Díaz Álvarez

Director de Riesgos de Ebury

La Reserva Federal se encontró la semana pasada con una incómoda sorpresa: una inflación más alta de lo esperado (lo que no muestra ningún indicio de que las presiones sobre los precios estén disminuyendo). Tras conocerse los datos, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense se dispararon, y ya se sitúan cercanos al 3,5% (el nivel más alto desde 2011). Los activos de riesgo se vieron afectados y el dólar subió con fuerza frente a las principales divisas, gracias a la subida de los rendimientos de los bonos y de los flujos de capitales hacia la seguridad. En el G10, las divisas relacionadas con las materias primas, como el dólar australiano, neozelandés y canadiense, fueron las divisas que peor se comportaron, mientras que el franco suizo y el yen japonés terminaron la semana casi sin cambios frente al dólar. El euro resistió bien en términos relativos, gracias a los avances militares de Ucrania y a los indicios de que la crisis energética en Europa está disminuyendo.

Esta semana las reuniones de varios bancos centrales coparán los titulares. La Reserva Federal, que se reúne el miércoles, será la principal, pero los bancos centrales de Suecia (hoy, martes) y Japón, Reino Unido, Suiza y Noruega (jueves) también se reunirán esta semana. Se espera que todos ellos, excepto el Banco de Japón, suban los tipos de interés de forma significativa y emitan mensajes agresivos. Se espera que la Fed y el Banco de Inglaterra suban los tipos de forma notable, en 75 y 50 puntos básicos respectivamente, además de mantener un tono agresivo que garantice a los mercados que se centran exclusivamente en controlar la inflación. Probablemente nos encontremos en un punto en el que cualquier fallo de por parte de los bancos centrales a la hora de transmitir un mensaje hawkish haría que su moneda se hundiera.

EUR

La semana pasada fue tranquila en cuanto a publicaciones de datos macroeconómicos en la eurozona, pero los precios del gas natural y de la electricidad señalaron una posible relajación de la crisis energética en Europa, y todo ello favoreció al euro, al menos en términos relativos.

Probablemente la reunión de la Reserva Federal será el principal impulsor del euro esta semana, al menos hasta el viernes, cuando se conozcan las últimas cifras de los importantísimos índices PMI de actividad empresarial. Las expectativas son bastante bajas, por lo que una sorpresa positiva no es difícil.

Los discursos de los miembros del BCE en la jornada de puertas abiertas del Bundesbank probablemente mantendrán el tono agresivo adoptado recientemente por la institución, manteniendo la presión al alza sobre los tipos y quizás también sobre la moneda común.

USD

El informe de inflación -inequívocamente negativo- mantendrá sin duda la presión sobre la Reserva Federal para una nueva subida masiva de 75 puntos básicos esta semana, e incluso los mercados valoran con un 20% de probabilidad una subida casi sin precedentes de 100 puntos básicos.

Los anteriores indicios de una relajación de la inflación subyacente se disiparon, y este índice clave parece estar estabilizandose en torno a un nivel elevado del 6%. Estos datos han llevado a que las expectativas del tipo máximo del Fondo Federal se sitúen ahora en torno al 4,5%.

La subida del dólar era totalmente previsible, aunque observamos que las expectativas sobre la reunión del miércoles son tan elevadas que incluso una ligera decepción podría provocar una importante caída del dólar.

GBP

La libra esterlina volvió a vivir una semana difícil, golpeada no sólo por el repunte general del dólar, sino también por un informe de ventas minoristas muy débil, que demostró que el repunte de la inflación se empieza a traducir en un menor volumen de bienes vendidos.