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Ricardo Nandwani

presidente de AJE Málaga

La transformación digital en la que estamos envueltos es mucho más que una moda o una tendencia. Es una realidad que avanza cada vez más rápido, de manera exponencial e imparable, y que afecta a todos los ámbitos de la vida, tanto en lo personal como en lo profesional como un terremoto para el que hay que estar preparados.

Lo verdaderamente importante de todos los cambios que suponen esta trasformación, es poner a la persona en el centro de todas las decisiones, tanto en los avances que afectan al mundo empresarial, como en los que provocan una modificación de los hábitos y comportamientos de las personas.

¿En qué consiste esta transformación digital, cuál es su fin y cómo debería de abordarse? La transformación digital consiste en incorporar los avances tecnológicos y digitales actuales a los procesos que ejecutamos tanto en el ámbito profesional como personal, aplicándolos de forma innovadora.

Estos cambios deberían buscar siempre un impacto positivo tanto en el desarrollo económico y humano de las empresas, como en la vida de las personas y la sociedad en general.

Aspectos como la dignidad del ser humano, y los valores éticos y morales, deberían ser claves y tenidos en cuenta en toda decisión estratégica de cambio o adaptación.

¿A qué se sebe esta transformación? Si hacemos un análisis del entorno tecnológico, económico y social, encontramos numerosos acontecimientos que evidencian este cambio. Estos son para mí los más relevantes:

Los avances en la tecnología. El abaratamiento de costes en la fabricación de componentes industriales y el desarrollo de soluciones e infraestructuras como el despliegue de redes de banda ancha,
han hecho que se tripliquen el número de usuarios de Internet en los últimos diez años.

Esto ha permitido que la innovación llegue antes al mercado de consumo que al empresarial, hecho que ayudará a transformar la sociedad de manera exponencial en los próximos años con avances como el Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, Impresión en 3D, etc.

Los cambios en la economía y el empleo. La utilización de la tecnología de manera disruptiva se ha convertido en una oportunidad para las empresas que se adaptan a la era digital, así como en un riesgo para los modelos de negocio tradicionales que tienden a desaparecer por estos cambios. Como por ejemplo, el hecho de haber evolucionado hacia una economía colaborativa gracias a Internet o los avances en la automatización de procesos, con la aplicación de robots para automatizar tareas mecánicas que no aportan valor, pudiéndose realizar a un coste más económico y de manera más eficiente.

La incorporación de estos avances está suponiendo no sólo la bajada de salarios para los empleos que requieren menos cualificación, sino la desaparición de muchos trabajos que van quedando obsoletos. Por lo que el crecimiento económico y el desarrollo de la sociedad del bienestar pasa por la inversión en I+D+I, más formación y capacitación personal en competencias digitales y su aplicación al entorno de trabajo y nuevos productos o servicios que aporten valor.

Los cambios en las personas. Los avances tecnológicos y digitales han hecho que las personas incorporemos hábitos a nuestra vida diaria que hace unos pocos años atrás eran impensables. El hecho de vivir en una sociedad permanentemente conectada, con personas interactuando mediante redes sociales, el acceso a la información de manera instantánea, y la posibilidad de compartir nuestras opiniones con el resto del mundo a un clic de pantalla, está cambiando no sólo la forma en la que las empresas diseñan estrategias de marketing poniendo el foco en personas influyentes como refuerzo de su marca, sino también el perfil profesional para muchos puestos de trabajo que requieren la incorporación de hábitos y competencias digitales de manera cada vez más transversal.

A la luz de todos estos acontecimientos y previendo grandes cambios en nuestro entorno, podríamos concluir que se avecina un terremoto digital que modificará nuestra vida de forma inminente, que hemos de trabajar para adaptarnos a estos cambios de manera inteligente y que estos nos afecten de forma positiva en todos los ámbitos. En caso contrario, la sociedad seguirá avanzando, dando pasos de gigantes, mientras que muchas personas podrían quedar fuera de un mercado laboral que, para bien o para mal, evoluciona hacia lo digital.