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Antonio Llardén

Presidente de Enagás

Vivimos un momento de grandes cambios. Cambios estructurales profundos, también en el modo en el que producimos, gestionamos y utilizamos la energía. En este proceso, tenemos claro el objetivo que, con un marcado liderazgo, promueven Europa y también España: ser neutros en carbono en 2050.

En ello estamos trabajando. En evolucionar hacia un modelo energético más sostenible y eficiente con la descarbonización como palanca para la recuperación económica.

No hay duda de la magnitud del reto que tenemos por delante. Pienso que está a nuestro alcance pero que debemos tener, más que nunca, la vista puesta en que la transición ha de ser justa y dirigida a reducir las desigualdades que ya existen.

Así lo establece el paquete legislativo de la Comisión Europea ‘Fitfor55’, probablemente el más ambicioso en materia de clima hasta el momento, que contempla una transición justa sin ejercer una presión adicional sobre los más vulnerables. Y así lo entendemos en Enagás.

La responsabilidad social de las empresas cobra, en este contexto, un significado especial. Tenemos que ser responsables en el sentido más amplio, convirtiéndonos en motores del cambio hacia un futuro más sostenible, trabajando por la competitividad de las industrias y creando, como prioridad, empleo de calidad en los territorios.

La transición energética también ha de llevarse a cabo de la mano de la innovación y el emprendimiento. Ambos serán, en mi opinión, fundamentales y ayudarán en gran medida a cumplir con el ambicioso objetivo que marca el Pacto Verde.

En el caso de Enagás, como compañía de infraestructuras energéticas y en línea con los criterios de ESG (medio ambiente, personas y buen gobierno) por los que nos regimos, hemos querido acelerar este proceso de conseguir un mundo con cero emisiones. Nuestro compromiso es ser neutros en carbono en 2040.

Solo en el periodo 2014-2020 ya hemos conseguido una reducción del 63,2 % de nuestra huella de carbono, gracias a la puesta en marcha de más de 50 proyectos concretos de mejora de la eficiencia energética.

La transición energética en Europa también será alcanzable siempre que utilicemos todas las tecnologías que tenemos hoy disponibles para descarbonizar. La electrificación va a ser fundamental, pero en un escenario optimista podría llegar hasta el 50-65 %, actualmente representa el 23 % del total de energía consumida. En todas aquellas aplicaciones en las que a día de hoy resulta difícil electrificar, como la industria intensiva o el transporte pesado, el gas natural juega un papel clave. Con vistas a un futuro descarbonizado, los gases renovables, como nuevas soluciones energéticas, serán imprescindibles.

En Enagás llevamos años trabajando en el desarrollo de los gases renovables como el hidrógeno verde y el biogás/ biometano. Actualmente impulsamos 55 proyectos por toda España, con más de 50 socios, y que podrían movilizar una inversión conjunta total de aproximadamente 6.000 millones de euros.

Uno de los propósitos de todos ellos es, precisamente, impulsar la transición justa, en especial, en los territorios más afectados por la descarbonización. Contribuyendo a frenar la despoblación de determinadas zonas rurales y, a su vez, fomentando la reactivación económica y la generación de empleo. Como requisito que cumplen estos proyectos es que siempre los llevamos a cabo de la mano de socios. Es aquí donde se demuestra la importancia de la colaboración público-privada, con iniciativas de interés común cuya finalidad es alcanzar los objetivos europeos de descarbonización.

Los gases renovables van a desempeñar un papel vital en la descarbonización de la economía. Y también las infraestructuras gasistas ya existentes, que se encuentran disponibles y con plena capacidad para transportar y almacenar estos nuevos vectores energéticos.

Estas infraestructuras pueden facilitar la introducción de los gases renovables en el mix energético y hacer de la transición energética un proceso eficiente y factible en el menor tiempo y coste posible. Algo en lo que ha insistido la Unión Europea.

En Enagás mantenemos nuestras infraestructuras preparadas y con plena disponibilidad para su uso, contribuyendo así a la seguridad de suministro.