asdf

Ulrike Kastens

Economist Europe para DWS

El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido su promesa y ha subido los tipos de interés oficiales otros 50 puntos básicos, a pesar de las tensiones en los mercados financieros. Se trata de una buena noticia en un contexto de tasas de inflación persistentemente elevadas. Al mismo tiempo, reafirma su intención de intervenir con medidas de liquidez si la estabilidad de los mercados financieros se ve amenazada. La presidenta del BCE, Lagarde, repitió varias veces que se disponía de diversas opciones, con la clara intención de calmar a los mercados.

Por primera vez, el banco central se abstuvo de comprometerse sobre la senda futura de los tipos de interés. Así pues, el BCE sigue dependiendo totalmente de los datos. Estos datos incluyen no sólo las perspectivas de inflación y la dinámica de la tendencia subyacente de la inflación, sino también la fuerza de la transmisión monetaria. En un entorno de gran incertidumbre, esto es comprensible. Sin embargo, sigue siendo cuestionable hasta qué punto el mayor desarrollo de la estabilidad del mercado financiero limita las opciones del BCE. En su opinión, no existe una disyuntiva entre la estabilidad de los precios y la de los mercados financieros. Pero, en última instancia, el banco central debe establecer sus prioridades. El mandato del BCE es la estabilidad de precios. No es el caso ni en la actualidad ni sobre la base de las previsiones para los próximos años. Por lo tanto, es probable que el BCE no pueda evitar seguir subiendo los tipos de interés oficiales.