wfvw

Mª Ángeles Ruiz Ezpeleta

Profesora de EAE Business School

Estados Unidos está en el número 12 del ranking y actualmente su deuda pública, aunque no es tan elevada con respecto al PIB como la deuda pública española es de un 107,2 % de su PIB.  Ahora bien en el 2008, al inicio de la crisis financiera, la deuda pública de Estados Unidos representaba  un 73,4 % por lo que el incremento de la deuda en ese país del período 2008-2022 ha sido muy inferior al nuestro.

La deuda pública española era en el año 2008 un 39,7 % del PIB  y en el 2022 de un 113,3 %.

Analizando el período temporal vemos que el alarmante aumento de la deuda pública tanto en España como en otros países no depende de la ideología del partido que gobierna. Del año 2008 a 2022 en la mayoría de países ha habido alternancia de gobiernos de izquierdas y de derechas. 

Me atrevo a decir que en España, el aumento de la deuda pública es un mal endémico que yo diría que viene provocado por la costumbre de  gastar más que ingresar.

Esa costumbre, que para mí es un vicio en todo tipo de economías, tanto familiares como empresariales, como gobiernos, pone en riesgo la subsistencia futura de cualquier ente económico. Ninguna entidad que  gasta más que ingresa puede tener un futuro viable.

Lo que es sorprendente, y es difícil de entender, es que en el Congreso español,  cuando se discuten los presupuestos del estado, presentados año tras año con déficit,  la oposición ponga  enmiendas  por otros conceptos que, a mi entender, no son tan graves y no se oponga a un  presupuesto con déficit  que representa agravar el gran problema de la deuda pública de España. 

La teoría económica justifica la necesidad de un posible aumento del gasto público para mejorar  la economía  y vemos que, en momentos puntuales, especialmente en periodos de crisis y de recesión, un aumento del gasto público puede servir para que la economía crezca y para que  haya una mejor distribución de la renta, 

En el caso de España, al igual que el resto del mundo, pasamos un largo periodo de recesión, motivado por la crisis financiera. La crisis provocó una recesión de los años 2008 al 2013 y se podría incluso aceptar el aumento de la deuda pública de España en  porcentaje del PIB en esos cinco años del 39,7 %  al 95,8 %.
Ahora bien durante en el año 2014 España salió de la recesión teniendo un aumento del PIB del 1,4 % y a partir de ese año ha existido un crecimiento económico sostenido hasta llegar al año 2020 por el paro económico de la pandemia. De todas formas la disminución del  -11 % del PIB  durante ese año se ha recuperado en dos años con un crecimiento del 5,5 % en el 2021 y 5,5 % en el 2022.

La pregunta es:  ¿Por qué hemos seguido aumentando el gasto público y la deuda desde el año 2014 si durante todo el periodo ha existido un crecimiento o estabilidad económica a pesar de la pandemia? 

Sea cual sea el gobierno se ha acostumbrado a gastar más que ingresar.  Se entra en un bucle donde el aumento del gasto público es una  decisión política, no económica y el resultado es al contrario a lo que se espera del aumento del gasto público. No hay duda que ahora la renta se distribuye progresivamente de forma más irregular y desigual.  Las grandes fortunas aumentan sus capitales y cada vez es mayor el número de personas que no pueden vivir dignamente de sus ingresos salariales.

La solución es sencilla, al igual que cualquier familia o cualquier empresa, el gobierno debe presentar presupuestos generales con equilibrio. Los gastos previstos deben ser iguales a los ingresos esperados, al menos en los presupuestos generales presentados. Presentar los presupuestos generales del estado con  déficit (que normalmente es superior al acabar el ejercicio) y que todos los parlamentarios lo aprueben es irresponsable y falta de interés de todos ellos  en el futuro del país.