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Enrique Roca

Responsable técnico del área de Eficiencia Energética y Sostenibilidad de Euro-Funding

Reducir el consumo de energía es hoy en día una prioridad. Además de las diferentes medidas puestas en marcha para reducir la dependencia energética de Rusia, el aumento del precio de la luz ha hecho que muchas empresas busquen alternativas para reducir el importe de las facturas de energía.

Hay prácticas muy sencillas de aplicar, pero que pueden repercutir en reducir el coste total de la factura de la luz de tu empresa. En primer lugar, debemos concienciar a toda la plantilla e implicarlos en este proceso. Con ellos, se debe hacer un análisis en profundidad de cuál es el uso que se está haciendo de todas las instalaciones. Así, podemos detectar si hay ciertos comportamientos que están influyendo en el aumento del consumo de energía como, por ejemplo, mantener los equipos encendidos cuando no se esté produciendo o la climatización e iluminación de salas cuando no hay nadie.

Otra práctica muy recomendable es la revisión de los equipos de trabajo. Debemos analizar cómo se utilizan, cuánto tiempo están activos y quiénes son los responsables de su uso. En el caso de maquinaras más técnicas, debemos hacer revisiones periódicas con los proveedores, así como estar al día de todas las novedades en cuanto a tecnologías o nuevos equipos que tengan un menor consumo de energía.

Una de las preguntas que recomendamos plantearse a las empresas son las siguientes: ¿es necesario mantener iluminado el espacio de trabajo durante toda la jornada laboral?, ¿todas las zonas requieren el mismo tipo de iluminación? Probablemente, la respuesta sea no. Por tanto, se pueden optar por sensores de presencia o sectorizar con interruptores por zonas, de modo que no siempre estén iluminadas todas las superficies. Con ello, se reducen las horas de consumo de luz sin perjudicar las condiciones de trabajo del personal. 

En cuanto a la climatización, en agosto de 2022 el Gobierno aprobó el nuevo decreto por el que edificios administrativos, oficinas, espacios comerciales o culturales y espacios comunes de hoteles, cines o estaciones de transporte, no podían tener el aire acondicionado por debajo de los 27 grados en verano, mientras que la calefacción no podía superar los 19 grados. Esta medida, que tiene mucho sentido, simplemente nos obliga a adaptar la temperatura en interiores a la vestimenta que llevemos en cada momento del año. 

Por último, hay dos tecnologías que deberían estar ya implantadas en todo tipo de instalaciones a nivel nacional. Por un lado, la iluminación LED, que supone un ahorro del 50% con respecto a las tecnologías convencionales; y, por otro lado, las bombas de calor (en aerotermia, hidrotermia o geotermia) en sustitución de los sistemas de calefacción que utilizan combustibles fósiles.

Por otro lado, es importante resaltar que en este momento hay numerosas convocatorias abiertas de cara a financiar la sustitución de los equipos que más consumen y la implantación de energías renovables para el autoabastecimiento. Entre las más interesantes se encuentra el Programa Eficiencia Energética en PYME y Gran Empresa del sector industrial, el Programa de implantación de instalaciones de energías renovables térmicas en diferentes sectores de la economía, o el Programa de autoconsumo y almacenamiento, con fuentes de energía renovable, todos ellos coordinados por parte del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y gestionados por las correspondientes Comunidades Autónomas. El objetivo es incentivar la realización de actuaciones de eficiencia energética en PYME y gran empresa del sector industrial o instalaciones renovales para todos los sectores.