asdf

Álvaro Villarjubín

CEO de Padre Group

Solamente en España, se registran en torno a quinientas mil marcas al año, lo cual nos da una idea de la enorme dificultad que supone hoy en día registrar una marca, pero además después nos enfrentamos al desafío de crearla, posicionarla y gestionarla. 

Las marcas son el activo intangible más reconocido por las empresas, representando un promedio del 20% del valor comercial total y un 40% del valor intangible, según Brand Finance. Y, para muchos directivos, uno de los temas más importantes y recurrentes en los comités de dirección debido al importante valor que tiene en las empresas. 

Porque el valor de marca se puede y debe medir para conocer su potencial y evolución de crecimiento, y a la hora de tomar decisiones de negocio tener unos indicadores que nos confirmen si nuestra marca es fuerte. 

Así, sabremos como cuantificarla, no solo de manera financiera – que es clave cuando estamos ante un proceso de fusión o adquisición de empresas – sino también, teniendo en cuenta sus activos intangibles que con el paso del tiempo se está viendo su interés por parte de los inversores ya que hacen que la marca sobreviva a una crisis, y que los consumidores confíen en ella o la rechacen entre otras cosas. 

Para que una marca sea fuerte, el conjunto de acciones necesarias para construir esa marca siempre tiene que venir acompañado de una estrategia y de constancia. Y para ello, hay que estar constantemente analizando y valorando. Además, cuando una empresa se enfrenta a un proceso de branding o rebranding debe realizar tras un análisis estratégico que afecta tanto a aspectos jurídicos y mercantiles como a los esfuerzos en marketing y comunicación. 

Sin embargo, en todos los sectores, la marca siempre tiene un punto en común: Su poder. Y para que la marca sea potente, inevitablemente que tenemos que invertir en publicidad, marketing y comunicación. 

Y no sólo eso, sino que en contexto actual las marcas atraen o alejan a las personas también según las acciones que hagan o valores que transmitan. Por ejemplo, muchas marcas han logrado más conexión con su público a través de sus acciones durante la pandemia dirigidas en beneficio de la sociedad, siendo responsables con la situación y poniendo en marcha su logística o capacidad de producción al servicio de hospitales y residencias, recaudando dinero y donando materiales. 

Cada vez más nos estamos encontramos con más marcas que les motiva tener un impacto positivo en la sociedad y en el planeta. Marcas que buscan la transparencia y medir sus impactos sociales y ambientales e inspirar a muchos para que se sumen a una comunidad por una genuina convicción de sus lideres y no tanto por el famoso greenwashing.

Sería una fortuna poder afirmar que la responsabilidad social señalando el cuidado del planeta, utilizando materiales más sostenibles, actuando contra el desperdicio de comida o apostando por el consumo responsable y la economía circular, no son solo tendencias de branding; sino misiones consecuentes de un firme convencimiento llevado a cabo por marcas más comprometidas.

Llegados a este punto, no me cabe la menor duda, que necesitamos líderes comprometidos que sean capaces de afrontar todos los cambios necesarios que nos esperan en los próximos años y líderes capaces de saber sacar lo mejor de las personas a nivel personal y profesional y además, que sepan unir equipos y llenarlos de talento.  

Es fundamental construir un entorno donde puedan convivir una licito generación de beneficios con una visión más a largo plazo sobre nuestro futuro como sociedad que pasa por intentar mejorar nuestro mundo que al fin y al cabo es la herencia que dejaremos a las generaciones futuras.

Por tanto, desde nuestro trabajo como directores en empresas que pertenecen a la industria de la comunicación y al marketing, seguiremos pilotando las marcas y llevándolas por el mejor recorrido sin perder de vista su misión, sus objetivos y lo valioso que es la responsabilidad social, la reputación, las personas a las que nos dirigimos y los medios de comunicación, que siempre son nuestros compañeros de camino. Hagan entonces su apuesta, y ¡elijan sus marcas de forma responsable!