En junio de este año, apenas faltan tres meses, comenzaremos a celebrar nuestro trigésimo aniversario que culminará en junio de 2020 cuando podamos decir, con la cabeza muy alta y mucho orgullo, que ejecutivos ha cumplido treinta años. Pero, de momento, nos conformamos con ir abriendo boca mientras publicamos nuestro número 300, número redondo que merece la pena ser celebrado.

A mi espalda quedan, desde el número 111 de mayo de 2001, el primer número que ya corrió por mi cuenta, la friolera de ciento ochenta y nueve ediciones. Más varios números especiales y monográficos que, junto con intrépidas aventuras por ampliar la editorial haciéndonos cargo de otras publicaciones, suman muchas horas de esfuerzo y sacrificio. También de celebración y recompensas, claro que sí. 

Cuando echo la vista atrás y repaso la historia de ejecutivos no puedo evitar sentir orgullo. Somos una publicación que cuenta con un gran prestigio, decana en el panorama editorial español y completamente independiente, que ha sabido solventar los problemas y salir airosa en las épocas más tristes de nuestra historia económica. 

En este éxito continuado que está a punto de cumplir treinta años han participado muchas personas. Recuerdo a todas, las que han formado parte de nuestra familia en los dieciocho años que llevo vinculada a la revista, y a alguna más que lo hizo antes de mi llegada, porque mi contacto con ejecutivos se creó casi en el mismo instante de su nacimiento. En esta memoria algunos permanecen en el libro de honor, los recuerdo con un inmenso cariño, e incluso mantengo contacto con varios de ellos porque su marcha dejó un vacío difícil de llenar.

Otros, no les voy a engañar, lo que dejaron al marchar fue paz y tranquilidad, que de todo hay en la viña del Señor. Aun así, no tengo más remedio que reconocer que si ejecutivos es hoy lo que es ha sido gracias a todas y cada una de las personas que de alguna manera han estado vinculadas a la publicación desde su nacimiento, incluidas las empresas que confiaron en nosotros para llevar adelante sus planes de comunicación y publicidad. Pero como el Quijote, que sin Sancho nunca hubiera sido nada; Sherlock Holmes, que sin su inseparable Watson nunca hubiera resuelto un crimen; o Isabel la Católica, que sin contar con Fernando nunca hubiera conseguido reinar con la mano firme con que lo hizo, es de absoluta justicia decir que, sin Germán Pastor, nuestro director desde hace ya muchos años, es muy posible que ahora mismo les estuviera contando otra historia.  ejecutivos publica su número 300 al tiempo que se sube al tren de la tecnología. Tradición en su medio impreso, innovación en su medio digital.

Dos maneras de comunicar que se complementan a la perfección para ofrecer información de calidad. En papel, para los amantes de la lectura de siempre que disfrutan con el tacto de una cuidada impresión, en digital, web, tableta, móvil…, para los que gustan de la información audiovisual precisa, corta e inmediata en el tiempo. Todo un reto para los próximos treinta años. Cuando el medio cumpla sus primeros sesenta años de vida, que estoy segura de que lo hará, aunque no conmigo al frente (digo yo que en algún momento me podré jubilar) ¿quién sabe cómo será la comunicación? Mientras tanto, reciban mi agradecimiento por acompañarme (acompañarnos) durante todo este tiempo, por apoyarnos y por permitirnos hacer lo que más nos gusta: comunicar.

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