La deuda de la empresa española roza el mínimo desde 2008

Finanzas | España | Redacción | 28 de diciembre de 2022

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Iberdrola y Telefónica colocaron más de 1.000 millones de euros en deuda. Los 7.800 millones vendidos en bonos en conjunto de la economía suponen el cuarto peor año desde la crisis financiera de 2008.

A pesar de que los bancos buscan dar financiación a costes más competitivos, las compañías han pisado el freno hasta el fondo en un mercado de bonos que ha mostrado en 2022 su peor cara de volatilidad y precios disparados. El resultado son 7.800 millones de euros en deuda colocada en el año por las empresas no financieras, una cifra que supone un desplome del 70 % sobre 2021 y que es la más baja desde la caída de Lehman Brothers y el estallido de la crisis financiera mundial en 2008.. Al margen de ese año, solo hay otros dos con volúmenes inferiores al actual (2004 y 2005), lo que hace de 2022 el cuarto peor registro de la historia reciente.

Los líderes

Iberdrola y Telefónica son las dos compañías que más dinero han emitid con la primera liderando con 2.950 millones de euros en el mercado, incluido un bono estructurado con el que deja parte de la remuneración a los inversores en manos de la subida de la cotización, lo que ha supuesto un importante ahorro en los intereses del cupón. En 2021 la energética redujo mucho sus apelaciones por el acopio que había hecho durante lo peor del Covid, así que la cifra de 2022 supone un alza de casi el 50 %.

Telefónica emitió 1.750 millones de euros en 2021 y ha vuelto a repetir la misma cuantía. También es un volumen bajo para una compañía que ha sido durante mucho tiempo el líder de los emisores no financieros españoles, con volúmenes por encima de los 10.000 millones, pero ha conseguido fondos por otras vías y ahora sus necesidades son menores.

Cellnex roza la cifra de los 1.000 millones, seguida de Acciona Energía y Prosegur con 500 millones cada una, mientras que Cirsa, Tendam (Cortefiel) o eDreams están por debajo.

Vías alternativas

Las compañías españolas también han recurrido a la venta de activos para recaudar fondos, a las instituciones supranacionales o de desarrollo o a cualquier fuente de financiación que permitiera conseguir dinero sin tener que exponerse a un mercado de bonos donde los costes se han disparado y cuya volatilidad ha sido capaz de descarrillar varias operaciones.

La ultrabaja actividad de las empresas no financieras contrasta con el volumen disparado de deuda que han emitido los bancos españoles. Su cuantía en 2022 roza los 43.000 millones de euros y eso es el máximo desde 2011. En su caso, la regulación los obliga a estar permanentemente buscando ventanas para emitir deuda que compute para los colchones anticrisis y liquidez con la que cumplir las ratios de solvencia.

Eso hace que los más de 20.500 millones de euros que ha colocado Santander solo desde España y con los que se corona como principal emisor del país hagan palidecer los 2.950 millones de Iberdrola, el récord en el universo no financiero.