Narciso Casado

¿A qué retos específicos se enfrentan los empresarios iberoamericanos como colectivo?

Los empresarios iberoamericanos tenemos varios retos que podrían resumirse en uno muy concreto que es crear un espacio en la región común a todos.Tenemos los mimbres, las organizaciones empresariales, el conocimiento y un largo camino ya andado. Somos una región dinámica, con un potencial empresarial y humano importante, pero nos queda afianzar ese sentimiento de unidad en el que estamos trabajando intensamente las organizaciones empresariales y desde el Consejo de Empresarios Iberoamericanos-CEIB.

¿Y las principales preocupaciones?

Nos preocupa todo lo que tiene que ver con la productividad de las empresas. Hay problemas de financiación a la hora de desarrollar proyectos y de encauzarlos. Nos preocupa enormemente el problema de la retención del talento, que los trabajadores y los estudiantes de la región, que están muy bien formados, se vayan a otro sitio, porque no se estén generando las condiciones para que se puedan quedar. Y también el comercio interregional. Por poner un ejemplo: el comercio interregional en Latinoamérica representa el 16 %, en Europa el 64. Esta cifra tiene que revertirse. No vamos a escatimar esfuerzos para hacerlo posible.

¿Qué aporta CEIB?

CEIB surge como una solución a todos esos problemas y como respuesta a la firme decisión de las organizaciones empresariales de poner en valor los factores de competitividad comunes a los empresarios iberoamericanos, defendiendo los intereses empresariales y manteniendo abierta una línea de trabajo permanente con las instituciones multilatinas y los gobiernos de las distintas Naciones. Los mimbres de los que hablaba son las 23 organizaciones empresariales que lo integran, organizaciones sólidas, todas ellas bajo el paraguas de la OIE-Organización Internacional de Empleadores, con una trayectoria amplísima, y que están trabajando por la economía y el bienestar social en cada uno de los países. Creo que la principal aportación es la unidad. Por primera vez los empresarios iberoamericanos tienen una voz común para hablar de muchas cosas: de democracia, de derechos, de compromisos… Y lo estamos haciendo en aquellos foros donde debemos estar, no solo en las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, que son las mejores herramientas de trabajo y desarrollo de la Región, sino en otros foros de relevancia a nivel mundial como los de BusinessEurope, el B20, la Organización Mundial del Comercio (OMC), la OCDE , BIAC, la Global Business Coalition, o como ha sucedido recientemente, en la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA). Tenemos una voz única con una conciencia única de región, y eso es lo más importante.

¿De qué manera trabaja el Consejo de Empresarios Iberoamericanos?

CEIB tiene una estructura sencilla. Desde el principio, cuando creamos el Consejo, pensamos que no había que dotarlo de una estructura muy rígida, sino todo lo contrario. Contábamos ya con los equipos nacionales de las organizaciones empresariales, muy preparados. Además, cada organización trabaja en algún tipo de tema diferente que enriquece los planteamientos comunes de CEIB, como puede ser el tema de la economía naranja o de la economía del conocimiento que está desarrollando la ANDI en Colombia, o las colaboraciones público-privados, tema liderado por la CPC chilena y el diálogo social en la CEOE en España, por poner algunos ejemplos. En esta estructura sumamos todo lo que se genera en el entorno de nuestras organizaciones nacionales bajo una Secretaría General Permanente, que recae en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales- CEOE y una presidencia rotatoria que corresponde a la organización empresarial del país anfitrión de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, este año en el Presidente de la Confederación de Empresarios de Andorra (CEA). El modelo de las Cumbres Iberoamericanas hace funcionar todo nuestro engranaje y nos permite dar continuidad a los mandatos de los Jefes de Estado y de Gobierno y que plasmamos en los Encuentros Empresariales que se celebran en ese entorno. Por ello, es tan importante, la estrecha colaboración y el trabajo que desarrollamos con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB)

¿Cuál es el balance de CEIB?

Cuando lo creamos, en 2015, estábamos convencimos de que hacía falta contar con una institución empresarial que se posicionara como el principal interlocutor de las empresas ante los gobiernos, los agentes sociales, económicos y políticos internacionales. En cinco años hemos conseguido que esta iniciativa sea una realidad tangible y que se haya convertido en una referencia en toda la región iberoamericana, organizando regularmente foros y encuentros empresariales sobre materias como la innovación, las pequeñas y medianas empresas, sostenibilidad o retención del talento, por citar algunos, y colaborando de manera proactiva con nuestras organizaciones miembro. Prueba de ello es el próximo Foro Iberoamericano de la Mipyme que se celebrará en Brasilia (la cuarta edición ya) y que estamos organizando la SEGIB-Secretaría General Iberoamericana, FIJE-Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios y CEIB, y con la decisiva aportación de la CNI-Confederación Nacional de Industrias de Brasil. Me gustaría destacar la alianza estratégica CEIB-SEGIB, con la que mantenemos un acuerdo de colaboración, que nos sitúa como referente empresarial iberoamericano, y nos faculta para coorganizar, junto con la SEGIB, los Encuentros Empresariales Iberoamericanos que se celebran bienalmente, y con carácter previo, a las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica. Todo ello se resume en tener una buena hoja de ruta, pero para desarrollarla hay que trabajar mucho. Además de la SEGIB nos avalan otras instituciones internacionales como la OIE (Organización Internacional de Empleadores). Sin duda el mayor lobby empresarial que existe en el mundo, compuesto por 150 organizaciones empresariales de 140 países. La OIE cumple 100 años de existencia en 2020 y a su prestigio y dedicación hay que sumarle una red de contactos y de prestigio sin parangón. Estamos llevando la voz de los empresarios iberoamericanos a otras instancias, como la Unión Europea, mediante la coordinación de los posicionamientos en el ámbito de las relaciones de comercio e inversión de la UE/América Latina. En lo referente a la participación de las empresas de la Región en los Encuentros Empresariales de las Cumbres, quisiera resaltar que ha crecido exponencialmente,no solo en el número sino también en la procedencia. Queríamos que hubiera empresarios de todos los rincones de Iberoamérica y se está consiguiendo y que interactuaran entre ellos. A Cartagena de Indias, que fue el primer encuentro coordinado por CEIB, acudieron 450 empresarios. En Antigua (Guatemala) llegamos a 900, y de ellos solo eran guatemaltecos 250. La idea era que los Encuentros Empresariales se convirtieran en un escaparate de la realidad empresarial de la Región desde el país de celebración y no en algo local. Para ello pusimos en marcha una estrategia nacional de movilización de empresas a través de nuestras 23 organizaciones miembro. Al final, hemos conseguido elevar el nivel de participación en las Cumbres, lo que es fundamental y han empezado a venir observadores de otros países. En Guatemala tuvimos empresarios australianos, marroquíes, franceses, alemanes… porque se han dado cuenta de que estamos construyendo algo grande y por la interrelación que se está dando entre los empresarios que asisten. Los encuentros empresariales se cierran siempre con un conversatorio con los Jefes de Estado y de Gobierno,
de gran importancia, donde les trasladamos las conclusiones y las recomendaciones de los empresarios sobre los temas tratados en la Cumbre y en las reuniones preparatorias. No son conclusiones de unas cuantas jornadas de trabajo, sino de todo lo abordado en los distintos foros que organizamos en los dos años que transcurren entre cumbre y cumbre.

¿Por qué el Consejo de Empresarios Iberoamericanos?

Para hacer realidad una idea que teníamos los que trabajamos en la comunidad empresarial iberoamericana en cuanto a buenas prácticas, a conocimientos, a compartir, a saber en qué están trabajando los demás, y desarrollar algo fundamental: la pedagogía… Creo que si algo está consiguiendo CEIB es posibilitar la circulación de información entre las distintas organizaciones sobre lo que se hace bien en un país y sobre los problemas que tienen otros países, para buscar algún tipo de solución basada en la experiencia. Y lo estamos desarrollando en temas como el diálogo social, la retención del talento, la inversión en innovación, el apoyo a las transferencias tecnológicas, el crecimiento sostenible, la innovación abierta, la transformación de ideas o las industrias creativas, todo ello como soluciones a la falta de competitividad en América Latina. Si tuviera que definir CEIB en cinco conceptos, además de la pedagogía a la que hacía referencia antes, hablaría de facilitación, de diálogo, de colaboración y de compromiso con las empresas y las sociedades. Todo lo que podamos aportar los empresarios y las organizaciones empresariales redundará, sin ninguna duda, en el beneficio de los ciudadanos y de los países.

¿Qué diferencia al empresario iberoamericano del resto de colectivos de empresarios de otras zonas del mundo?

Creo que nuestra forma de ser y de pensar, y la forma de arriesgar también, de crear empresas con un gran compromiso social, con empresarios volcados en el desarrollo de las comunidades y las sociedades y con un claro componente: el respeto al entorno. No tenemos solo un lenguaje común, sino una forma de pensar y de vivir muy parecida. Creo que también nos identifica el compromiso y el riesgo medido y valorado. En la actualidad hay grandes grupos empresariales en la región y grandes inversiones tanto dentro como fuera. Hace más de treinta años que trabajo en CEOE y cuando empecé era difícil encontrar empresarios españoles por el mundo. Ahora, encuentras empresarios y profesionales españoles en cualquier parte del planeta, pero también mexicanos, portugueses, colombianos, brasileños… Pero no es solo el idioma y la cultura , compartimos planteamientos comunes en todo lo que tiene que ver con temas sociales, y con la defensa de valores como la democracia, la estabilidad o la legalidad, entre otros muchos.

Frente a la globalización ¿son necesarios planes estratégicos que nos aúnen?

En una sociedad cada vez más globalizada, las alianzas son herramientas idóneas que están funcionando. Si nos fijamos en la Alianza del Pacífico veremos todo lo que se ha conseguido: en materia laboral, dejando de lado el proteccionismo laboral y facilitando la movilidad de los trabajadores, o fomentando el comercio interregional, son cuestiones que tienen que potenciarse a través de este tipo de mecanismos. En España se dice que necesitamos que las empresas sean de mayor tamaño.

¿Sería ese uno de los objetivos para toda Iberoamérica?

Debemos hacer frente a dos retos. Uno, el relacionado con la baja productividad en la región, aspecto que va estrechamente ligado al tamaño de nuestras empresas. Para ello es fundamental impulsar las reformas y los ámbitos relacionados con la digitalización, la innovación, la educación y la formación y realizar esfuerzos para incrementar el grado de sofisticación de sus productos. Y el segundo, está íntimamente ligado con la internacionalización, aspecto en el que también estamos trabajando. Por poner un ejemplo concreto de nuestro país, me gustaría destacar el programa CEPYME 500, iniciativa que estamos intentando trasladar a otros países. Cada año y gracias al programa, se seleccionan aquellas 500 pymes que son líderes en crecimiento empresarial, tanto por sus resultados como su capacidad para generar valor añadido, empleo, innovación y proyección internacional. La función principal de esta iniciativa es otorgar reconocimiento y proyección nacional e internacional a las empresas que han sido seleccionadas contribuyendo a impulsar su potencial de crecimiento ya que al final son empresas mucho más preparadas que pueden competir, externalizarse y generar empleo estable y de calidad.

¿Qué papel juegan los jóvenes empresarios en este espacio común?

Todo este engranaje que hemos diseñado en CEIB no podría darse de manera completa sin los jóvenes empresarios. Era un reto que teníamos pendiente. En los distintos países existían ya organizaciones empresariales de jóvenes empresarios y también una organización regional, la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE). Y lo que hemos hecho ha sido ponernos “todo el equipo a trabajar”: CEIB y sus organizaciones y FIJE y las suyas de forma coordinada, siempre en la línea de colaboración con la SEGIB.

¿Por qué?

Porque los jóvenes tienen mucho que enseñar y mucho que compartir, están en contacto directo con la realidad social y empresarial y son grandes generadores y excelentes transmisores de ideas innovadoras. FIJE ha adoptado un modelo parecido al de CEIB, gestionado a través de una secretaría permanente que trabaja desde CEAJE, la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios.

¿Alguna novedad?

Estamos aportando ideas innovadoras constantemente y abriendo líneas de trabajo y de colaboración. Un ejemplo: apoyando un sistema de arbitraje propio para Iberoamérica que tiene varias peculiaridades. La primera, que es asequible, algo fundamental porque estamos hablando de pymes. Y la segunda, porque se ha instrumentado a través de los colegios de abogados y sus profesionales. No lo hemos inventado nosotros, pero sí estamos comprometidos en su difusión y respaldo. CIAR, el Centro Iberoamericano de Arbitraje, se basa en arbitraje de calidad, rápido, económico, en nuestro idioma y profesional. Une a los colegios de abogados y a más de 70 instituciones de la Región, entre las que están nuestras 23 organizaciones empresariales y representa una herramienta idónea para hacer frente a los conflictos que a veces surgen en el contexto del comercio y de las inversiones internacionales, aportando seguridad jurídica y tratando de garantizar soluciones a los problmas de nuestras empresas. En la actualidad estamos trabajando con la SEGIB en lo que será un gran tema de futuro para la formación de nuestros jóvenes en Iberoamérica, el programa CAMPUS PLUS, que tiene como objetivo impulsar la movilidad académica para fortalecer la empleabilidad. En definitiva, el gran proyecto iberoamericano de educación para el empleo.