sdhwedh

Con más de 30 años en banca y experiencia en otros países del Grupo Santander, Ángel Rivera Congosto lidera desde abril la división de Banca Comercial de Santander España, con responsabilidad directa sobre los canales de distribución y la actividad comercial. Rivera forma parte del equipo de dirección liderado por António Simões, CEO de Santander España y responsable regional de Europa, un equipo que se ha marcado el reto de construir el mejor banco para los clientes, con todas las ventajas de pertenecer a un grupo internacional como Santander.

Banco Santander nació como una entidad local y se ha convertido en un auténtico gigante financiero a nivel mundial. ¿Qué le aporta a la compañía y al cliente su presencia en mercados tan diferentes?

En España somos una especie bastante única porque solo hay otro banco que tenga presencia en otros países. Somos de los mayores bancos en Europa y Latinoamérica. Esto ¿qué aporta? A las empresas, desde luego, les ayuda en su crecimiento internacional, en sus exportaciones, en la búsqueda de compradores y clientes para sus bienes y servicios. Más allá de la pura financiación, somos un socio para nuestros clientes, les acompañamos en su crecimiento y eso es algo que pocos bancos pueden ofrecer a nivel internacional. 

¿Qué nos aporta como banco? Nuestra diversificación nos hace más estables y nos aporta recurrencia en la cuenta de resultados; especialmente en un momento como el actual en el que, con los tipos de interés en Europa negativos, es muy difícil ser rentables, mientras que en países como Brasil, México o Chile obtenemos muy buenos resultados. 

Nuestro modelo diversificado aporta, por tanto, ventajas para nuestros clientes. Nos permite aprovechar la escala, aprender de lo que se hace en otros países, ver las tendencias y trasladarlas de un país a otro con mucha más rapidez. Es lo que estamos acelerando con el nuevo modelo operativo y de negocio común en Europa, One Europe y hacia lo que caminamos con One Santander, que los clientes de todo el mundo nos reconozcan de la misma manera en todos los países donde estamos. Somos globales, pero también funcionamos como bancos locales muy pegados al terreno, lo que nos permite escuchar muy de cerca a nuestros clientes y adelantarnos a sus demandas de productos y servicios financieros y no financieros.

Nuestro modelo de diversificación aporta estabilidad y recurrencia a la cuenta de resultados

¿Cómo afronta el banco la competencia de los nuevos actores digitales, las llamadas bigtech o fintech? 

Nos gusta la competencia, nos estimula a hacerlo mejor. La aparición de las fintech hace que nos tengamos que poner las pilas, porque el mundo de los pagos es muy competitivo y atractivo, lo cual nos ha obligado a acelerar inversiones para que nuestros clientes tengan una mejor experiencia con el banco. Damos la bienvenida a toda la competencia de los neobancos y las fintech, pero sí que pedimos, y la presidenta Ana Botín lo ha hecho en distintos foros internacionales, que la regulación sea la misma para todos y que a misma actividad, mismas reglas. El sector financiero es uno de los más regulados y supervisados, eso es bueno porque es una garantía de seguridad y de estabilidad. Pero todo el mundo debería jugar con las mismas reglas en el mismo terreno. Sólo así se van a beneficiar los clientes, que es lo que realmente importa.

Nos encanta competir con las fintech. Lo que pedimos es hacerlo bajo las mismas reglas

¿Cómo incorpora Santander los criterios ESG (ASG en español, Ambiental, Social y de Gobernanza) en su actividad? ¿Y qué está haciendo el banco para facilitar esta transición verde? 

En el banco tradicionalmente siempre hemos invertido y estado muy alerta con los temas sociales y medioambientales y de gobernanza. Empezamos en el ámbito de la educación, invirtiendo en educación superior, creando una división específica para ello, una línea de negocio que trabaja con casi 1.000 universidades con las que tiene convenio en todo el mundo, y estableciendo programas de becas para alumnos que acceden al entorno universitario con mucho talento, pero pocos recursos. Santander Universidades fue hace 25 años el inicio de la concienciación que debe de tener una entidad financiera como Santander. Desde entonces, hemos destinado más de 2.000 millones de euros en este sentido y concedido más de 630.000 becas y ayudas. Pero hemos ido mucho más allá. 

El banco mantiene también un gran compromiso con la descarbonización, suscribiendo los Acuerdos de París antes y ahora los del COP26, en los que nuestra presidenta participó activamente, y tenemos un compromiso interno: el banco debe ser libre de carbón en 2050. Tenemos otro compromiso con la sociedad porque nosotros financiamos actividades que pueden contaminar y por ello tenemos que dejar de canalizar el dinero hacia esas actividades para, en cambio, financiar a las empresas del tipo ‘Green Finance’, con más de 120.000 millones para 2025. 

No es algo reciente, empezamos con esa iniciativa hace tiempo y llevamos más de 50.000 millones invertidos. Todos los que trabajamos en Santander tenemos un compromiso con el medioambiente y el futuro de nuestro planeta porque de lo contrario, no hay planeta. Personalmente, pienso que todos los acuerdos internacionales son pocos y todavía hay espacio para acelerar, y en ello desempeñan un papel fundamental los gobiernos y las empresas, es necesario que la colaboración público-privada vaya de la mano. 

También queremos acompañar a los clientes en el necesario viaje hacia las energías limpias. Hemos lanzado productos que buscan impulsar la adopción de comportamientos sostenibles por parte de los individuos, como, por ejemplo: la hipoteca verde, préstamos específicos para la adquisición de vehículos híbridos y eléctricos, etcétera.

Hemos identificado cinco áreas básicas: edificación verde, movilidad limpia, agricultura, renovables y economía circular. Y esperamos tener un triple impacto positivo: en nuestros clientes, en el planeta y en el valor para nuestros accionistas.

Los fondos europeos van a ser fundamentales para apuntalar la recuperación de la economía española. ¿Qué papel vais a tener los bancos?

Para España los fondos ‘Next Generation’ van a ser clave en el crecimiento y la recuperación. Es clave que las pymes cuenten con toda la información sobre los fondos europeos y que los recursos lleguen rápido. Nosotros empezamos a trabajar hace casi un año para ofrecer una plataforma a nuestros clientes con toda la información posible. Hoy en día hay miles de ayudas, no solo de estos fondos, pues Europa tiene muchísimos programas tanto de subvenciones como de financiación y, a su vez, los organismos multilaterales ponen a disposición de las empresas muchísimas líneas de apoyo de transformación y digitalización. Por eso, decidimos crear una plataforma con una fintech y con KPMG, para que, a través de ella, las empresas encuentren las ayudas que mejor les pueden encajar según su perfil. 

La empresa rellena un formulario y la plataforma, a través de machine learning e inteligencia artificial, le dice qué ayuda podría ser susceptible de adquirir. A partir de ahí le ayudamos a aplicar y le prestamos un servicio de asesoramiento con nuestros 300 asesores especializados en fondos europeos. Es en este aspecto donde es vital la colaboración con las CC. AA y los ministerios para que las ayudas lleguen al cliente final. Los bancos podemos jugar un rol importante, anticipando esas ayudas o asesorando a cualquier empresa, sin que tenga que ser cliente del banco, ya que la plataforma está disponible para todas las empresas españolas, así como para los autónomos y emprendedores. 

También podemos ayudar siendo una tercera pata de financiación al margen de la ayuda y de la propia inversión que haga la compañía, sobre todo para temas de digitalización y de transformación de las oficinas, para que sean de autoconsumo y reduzcan su impacto ecológico.

Como país, tenemos un desafío de ejecución enorme y es clave que los fondos lleguen a las empresas con más potencial multiplicador. Todas las instituciones deben arrimar el hombro para convertir los proyectos en acciones reales con el mayor impacto socioeconómico posible.

Estamos centrados en el crecimiento orgánico y no necesitamos adquisiciones para crecer o mejorar la rentabilidad

¿Hay espacio para nuevas fusiones en nuestro país? ¿Participaría Santander en alguna operación para recuperar el primer puesto del ranking que ocupa ahora Caixabank tras su fusión con Bankia?

En los últimos años hemos vivido una enorme transformación en el sector con la desaparición de las cajas de ahorros, con las propias fusiones de bancos… Santander ha sido un actor principal en esta concentración y pensamos que aún hay espacio en el mercado español. Si nos comparamos con países muy maduros en tema bancario, observamos que todo se concentra en cuatro o cinco entidades, así que aún hay espacio. 

Santander, concretamente, no participaría porque no está dentro de nuestros objetivos. Estamos más centrados en el crecimiento orgánico, terminamos hace poco la integración de Banco Popular y ahora lo que nos toca es mejorar todos los procesos y productos que prestamos a nuestros clientes para crecer con ellos de forma orgánica. 

Es cierto que tenemos que estar alerta como obligación, ya que si hay alguna operación en el mercado debemos analizarla y estudiarla, pero no está dentro de nuestros planes.

La reestructuración y los cierres de oficinas están provocando exclusión financiera, especialmente en determinadas zonas rurales y de la España despoblada. ¿Qué hace Santander para paliar este problema?

El cierre de oficinas se produce por el cambio de comportamiento de los clientes, el avance de la digitalización y la falta de rentabilidad de muchas de las sucursales en pequeñas poblaciones. Nosotros, dentro de esta conciencia social y el trabajo del ESG, hemos puesto en marcha muchas soluciones. 

La primera es que en muchos municipios donde hemos cerrado oficinas hemos abierto a su vez una agencia con un agente local.

Hemos firmado, además, un acuerdo con Correos para hacer gestiones básicas en sus oficinas como sacar dinero o realizar ingresos, porque en poblaciones tan pequeñas eso es lo que nos piden los clientes. También tenemos un acuerdo con Mapfre, que tiene muchas oficinas en pequeñas localizaciones – ya que los orígenes de la aseguradora están ligados al mundo agrícola -, para que también puedan hacer transacciones y operaciones. 

Sumando nuestras oficinas a las de estos dos acuerdos, y nuestros más de 1.000 agentes distribuidos por todo el territorio, lo que llamamos ‘punto de contacto con cliente’, hace que el banco siga cuidando su relación con el cliente.