Antonio Bonet Madruga

Antonio Bonet

Club de Exportadores e Inversores Españoles

Las exportaciones de mercancías durante el primer trimestre del año nos dejan malas sensaciones. Lo veníamos advirtiendo ya desde mediados de 2018, cuando las ventas al exterior, aun manteniendo la senda del crecimiento, lo hacían con menor fuerza y significativamente por debajo de la media de los países de la zona euro. La situación actual, sin embargo, es muy distinta. Según los datos presentados hace tan sólo unos días por la Secretaría de Estados de Comercio, de enero a marzo las exportaciones de bienes registraron un crecimiento nulo con respecto al mismo periodo del año anterior. 

He aquí los datos que lo evidencian. Si las exportaciones hasta marzo supusieron un importe de 71.013 millones de euros, un 0,02% menos interanual, las importaciones alcanzaron los 80.477 millones, un 3,2% más que en el mismo periodo del año anterior. Ello supone que el déficit comercial se ha disparado un 36,5% en este primer trimestre, hasta alcanzar más de 9.400 millones de euros, lo que nos indicaría además que la economía española está contribuyendo a generar riqueza y empleo en otras partes del mundo, y que el auténtico motor que en estos momentos tira del crecimiento es la demanda interna. Todo ello refleja un importante desequilibrio económico y financiero que deberíamos intentar atajar de manera rápida y contundente. 

Podemos decir, a la vista de estos datos, que nuestro sector exportador ha cosechado el peor comienzo de año desde 2009, cuando en el primer trimestre del ejercicio las exportaciones cayeron un 20%. Mucho nos tememos que, si 2018 fue el año de la desaceleración de las exportaciones, éste puede serlo del estancamiento.

Varias son las lecturas que se pueden hacer de estos datos. La primera es que estamos ante la consecuencia directa de un movimiento de desaceleración del comercio mundial. Pero, con ser cierta esta apreciación, también lo es que las exportaciones españolas están mostrando una tendencia más negativa que la de nuestros competidores europeos. Dicho en otras palabras: estamos perdiendo competitividad frente a los países de nuestro entorno y, como consecuencia de ello, cuota de mercado, al igual que sucedió en 2018. De hecho, mientras que España no ha registrado incremento alguno en sus exportaciones de mercancías en el primer trimestre de 2019, Francia ha avanzado un 4,7% en este mismo trimestre, Alemania un 2,5% e Italia un 2%, y ello a pesar de que estamos hablando de países con tasas de crecimiento económico inferiores a las que registra hoy nuestra economía. 

Significativo resulta también que esta pérdida de cuota de mercado se haya producido en áreas y mercados que gozan de larga tradición para nuestras empresas exportadoras, como América Latina, donde hemos retrocedido un 3,8% u Oriente Medio, donde la caída de ventas ha sido del 15,8%.

Por tanto, y para remediar la situación, creemos que es necesario que salgamos lo antes posible de este impasse político en el que nos encontramos, que ya dura meses, y que se proceda a la formación de un Gobierno estable, con un programa económico que incida en reformas estructurales y medidas fiscales que no empeoren la competitividad de las empresas exportadoras, orientado a reanimar el sector exterior, que ha sido el principal motor de crecimiento económico en España en los últimos diez años.